Tiergarten

Estoy paseando por Tiergaten, el parque mas hermoso que he visto en mi vida. Realmente es cierto eso que dicen que un paseo por aquí bien merece un viaje a Berlin, exclusivamente. Todo verde, perfectamente cuidado, con una vegetación asombrosa: arboles, prados, arbustos, lagos ... una maravilla.

Ando con los escozores típicos de mis viajes, los que ya habéis seguido al Nomada en otras aventuras sabéis que es algo recurrente. La zona de los muslos la tengo muy sensible, extremadamente delicada, y cualquier un paseo que se alargua un poco en el tiempo resulta cáustico. De momento esta controlado. Cierto es que hoy ya llevo un ratito dando una buena caminata. Desde el hotel Junckers Garmi, que esta en Grunberger Strasse 21, he subido hasta Karl Marx Alle.

Es una avenida absolutamente increíble, te teletransporta en el tiempo y parece como si estuvieses recorriendo el Berlin Oriental en la década de los 60's. Inicialmente se denomino StallinAlle, por el carnicero de Grozni, aunque luego le cambiaron el nombre cuando las circunstancias políticas variaron. Los edificios son preciosos, de estilo soviético pero con mezclas típicas alemanas. Espectacular.

Siguiendo la avenida que unía Berlin con Polonia y Moscu, se llega hasta AlexanderPlatz, el centro neurálgico de la vida berlinesa. Todos los medios de transportes pasan por aquí, y es my sencillo situarse y distribuir los paseos llegando o saliendo de la plaza. La altísima torre de televisión lo domina todo, y en varias decenas de kilómetros resulta fácil situar la silueta de tan colosal antena. He parado unos minutos para tomar una buena cerveza fresca junto con un bocadillo para desayunar, 4 euros en total, medio litro de cerveza alemana y un bocata en pleno AlexanderPlatz. Esta ciudad es barata tirando a muy barata. Comes por cuatro duros, duermes en hoteles de calidad por 50 o 60 euros y te mueves en los transportes que quieras con el bono diario que cuesta 6'80 €. Me encanta Berlin.

Después de desayunar, vamos a llamarlo así, he cogido la linea S7 que me ha dejado en Hauptbanhof, que es la estación central berlinea. Todo de metal y cristal, una obra de arte con la que no puedes menos que sentir envidia, insana, muy insana.

He tirado unas fotos y de nuevo he cogido el S7 para acabar en el parque. Ya llevo una hora larga paseando por los caminos perfectamente trazados, cruzandome con corredores matutinos, viendo los lagos y respirando paz y tranquilidad. Solo se escucha el viento meciendo las hojas. Ningún otro ruido molesto, exceptuando el dichoso tractor que esta recorriendo el prado donde me encuentro para recoger las hojas caídas de los arboles. Tiene mucho trabajo, el Otoño esta llegando con fuerza, y los inmenson arboles comienzan a prepararse para lo que viene.

Luego os sigo contando.

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