Bicicletas, que gusto!

Berlin, a mi modesto entender, tiene dos peligros graves. No me refiero a los muy graves que espero no tener que conocerlos, lease violencia neonazi, quema indiscriminada de vehículos, abismos sociales entre los del este y los del oeste, quiebra económica de sus instituciones ... No, esos hoy por hoy no me interesan.

Los que me dan miedo ahora mismo son los provocados por la ingesta masiva de cerveza tanto por hombres como por mujeres a cualquier hora del día y en cualquier lugar, la calle, trenes, tranvías, e incluso en bares ... y el segundo es la posibilidad de que te cojan por detrás. Cada uno con sus cosas, pero a mi eso de por detrás, pues como que no. Como lea esto y lo malinterprete el futuro senador JoseMaria Nuñez seguro que me retira la palabra, cosa que lamentaría mucho, sobre todo por que yo me refiero a la posibilidad real de que un berlinés o berlinesa en un momento de ofuscación viaria te embista con su bicicleta por la espalda.

Van como locos, moviendo unos desarrollos imposibles para el resto de los mortales, a toda velocidad por un minúsculo carril bici que esta por tooooooddddddooooo el Berlin conocido por este servidor. Bicicletas de todos los tamaños y formas, desde la clásicas a las custom con aspecto de motos chopper. Se alquilan a 10 euros el día, que a mi me parece mucho, en cualquier tienda, ya sea de bicicletas o de alimentación. Cientos, miles de ciclistas aficionados alegran la ciudad con sus pedaladas. Estimo que las berlinesas son las mas peligrosas, debe de ser por eso del cliché de las conductoras españolas. Mayoritariamente, aunque siempre hay alguna excepción, me parecen como angeles caídos del cielo, pero con sexo, claro. Si el bueno de Alfredo Landa volviese a tener 40 años seguro que se venia para Berlin, lo que iba a disfrutar un macho ibérico con ese matojo de pelo en pecho que él orgullosamente derrochaba y mostraba. Rubias, morenas, altas, altas, altísimas, delgadas, pechugonas, en fin, el paraíso en la tierra para un mediterráneo continental como este pecador recalcitrante.

Siguiendo el hilo argumental del primer párrafo de esta entrada en el blog, no voy a hablar de los alemanes, realmente no me he fijado, pero supongo que a Manoli o a algunas de sus mejores clientas en Strass les encantaría disfrutar de los mozos que con ahinco y vigorosidad dan pedales incansablemente. Diriase que como el conejito de las pilas, uno dos, uno dos, uno dos ...

Esta claro, las bicicletas son un invento del maligno, y si no que me lo pregunten a mi cuando vuelva a casa y me encuentre con que mi mujer ha cambiado la cerradura de la puerta por alguna insignificancia leída y sacada de contesto en este divertimento que poco a poco empieza a coger forma.

Miguelon, vente pa Berlin, que seguro que triunfas y dejas el pabellón patreo por todo lo alto!

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